XI. ... y del de China

Después del apacible y refrescante Japón vino la extensa China. Las cortes Kuei-jin chinas, el Quincunx, interesadas e intrigadas con los sucesos de Japón, recibieron con gran alegría la petición de visita del Loto Verde.

Descubrieron que el Príncipe de Londres no sólo es un caballero impecable en el sentido europeo, sino que además es uno de los mayores eruditos en cultura, mitología, historia y artes del pueblo amarillo. Además, el cuidado y el respeto con que trataba a su ghoul Mei-lin (futura chiquilla) terminaron de inclinarlos a su favor. La Corte de Jade incluso se reorganizó y renovó tras su visita.

En China ya existían un puñado de vampiros establecidos y más o menos acomodados. Sólo fue cuestión de ponerlos en contacto y pactar con los Kuei-jin; y Antonino, un Giovanni, ascendió a Príncipe de China.

La Camarilla se asombró de que Nathan consiguiera en un chasquido de dedos que el hermético Reino Medio permitiera dos Principados, tras siglos de esfuerzo infructuoso. Muy infructuoso. El Loto Verde restó importancia, rechazó los homenajes y regalos que la secta quiso hacerle, y declaró que fue todo gracias al trabajo previo de los Justicar y un poco de suerte.

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