Biografías - Rutger Kraftwerk

Puesto: Paladín del Loto Verde.
Clan: Ventrue.
Sire: desconocido.
Chiquillos:
Pareja: Maya.
Ghoules: Maya.


No sé qué es exactamente un "Paladín": es una figura que no existe en otros Elíseos y el Loto Verde tampoco ha hecho una mención oficial o ha detallado en qué consiste este puesto. De hecho, más que un puesto es una especie de título honorífico. Parece ser que fue una exigencia para las relaciones con Japón: aunque Lord Nathan adora a los Kuei-jin nipones y pasaría la eternidad conversando con los samurai por el mero placer que ello depara, y ellos le tienen un afecto aún mayor, ambas partes entendieron que las agendas son complicados y no siempre podría acudir el Príncipe en persona. Dieron por hecho que a veces, por desgracia, tendía que ir un representante o embajador y esperaron que se señalara uno. De modo que Rutger fue nombrado "Paladín" y sus funciones son una mezcla de yojimbo y heraldo.

Rutger fue elegido porque ya conocía Asia y el Reino Medio. Vivía en China, al servicio del ahora Príncipe Antonino. Este sujeto siempre fue discreto, decente y meditativo. En Occidente enseguida le decepcionó el politiqueo absurdo entre cortes vecinas y las rencillas entre aliados. Los lujos y los placeres tampoco son lo suyo, de manera que prefirió retirarse a Asia en busca de conocimiento, paz, sosiego y ecuanimidad. Su valía, sencillez y honradez está más que probada por el hecho de ganarse la confianza tanto del viejo Antonino como de los Kuei-jin.

Y cuando Nathan visitó a Antonino, la afinidad con Rutger fue inmediata. Rutger, deseoso de volver a Europa y compartir con otros Vástagos la paz hallada en Oriente, enseguida manifestó su intención de dejar a Antonino y unirse a Nathan. Ambos Príncipes lo encontraron adecuado y este fue uno de los innumerables nudos que formaron sus entrañables lazos de amistad eterna.

En Londres, Rutger es visto como un gurú y como una versión más accesible del propio Príncipe. El Loto Verde es de lo más tratable y recibe a cualquiera (lo que incomoda a algunos clasistas), pero tiene una agenda complicada y su rango de Príncipe amedrenta todavía a los desconfiados: fueron muchos años de tiranía, maldad y asesinato de Mithras el Maligno. Que los Príncipes vuelvan a ser figuras de confianza llevará un tiempo.

Con Rutger no hay este problema. Los vampiros le visitan discretamente y le piden consejo, exponen sus dudas o escuchan humildemente sus lecciones, deseando llegar a ser como él alguna noche. Dejan en su puerta frutas y vestidos para su consorte Maya, y ofrendas de sangre para él. Lo hacen de manera anónima; el Paladín es humilde y sencillo como Nathan y no las acepta, así que se las dejan sin que pueda impedirlo. Se rumorea que vampiros poderosos de fuera del dominio también buscan ya su sabiduría.

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